¿En
qué convertirá el Grand Palais de París? ¿Con qué nos sorprenderá? Estas son
las preguntas más habituales antes de cada desfile de Karl Lagerfeld para
Chanel. La invitación, con una ilustración de una hoja de árbol, hacía prever
un contacto con la naturaleza. Y así ha sido; el kaiser ha recreado un bosque
en el interior del palacio, y ha vuelto a hacer una de esas demostraciones de
poder (3.000 arbustos, 90 robles y 70 pinos traídos de Normandía) que a estas alturas
ya llevan su copyright.
Lagerfeld
se ha centrado en el dúo blanco y negro para esta Primavera 2013, y ha
arrancado su desfile con una larga sucesión de minivestidos, abrigos y trajes
de dos piezas, que combinan tweed con otros tejidos, y que siguen el patrón más
clásico de la firma: siluetas cómodas (con un ligero toque Eduardiano), con
mangas hombros destacados, y
superposiciones (una de las últimas señas de identidad de la firma).
Estas
piezas se llevan con botas “Peep toe” que desaparecen bajo las faldas, y que
son de encaje o de piel, con acabado metaliseé, añadiento un toque futurista.
Un maquillaje teatral (con los ojos marcadamente negros) y la candidez de los
tejidos añaden ese toque de drama soft a la garcon que Karl suele imprimir a
sus colecciones.
La colección continúa con vestidos midi y largos, decorados con aplicaciones y bordados de flores, con pedrería, tul y paillettes, y que tienen cierto aire oriental, quizá, que recuerda a sus últimos desfiles. Poca novedad pero no precisamente por falta de olfato, y es que precisamente en Oriente está el sustento de la Alta Costura hoy en día. Y todos sabemos que Karl es un showman, pero también todo un hombre de negocios.
A continuación el video del desfile.
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