Un antiguo refrán dice que el misterio preserva la magia... aunque en los talleres de la Maison Dior sabiamente se sabe que si se revela la maquinaria esta mejorará rotundamente el misterio.
Sin duda la presentación de la Colección Alta Costura de Christian Dior, fue un homenaje al trabajo y la perfección misma de esta prestigiosa joya parisina. En un ambiente más intimo sin los grandes flashes se ha presentado la serenísima colección. De día a noche el talento del atelier esta presente, puntadas que describen poéticamente la obra de la costura.
Poco a poco fueron apareciendo a las miradas, los elementos intangibles de la creatividad, en tejidos clásicos, como el organdí y el gazar de seda, imponentes con ruedos de crin, como odas interminables de perfección. Sutiles bordados, una paleta dúotono con acentos en nude, coral y burdeos. La piel de cocodrilo y de avestruz le da fuerza a las chaquetas, olas de tul degradé tablones y plisados, rodean faldas circulares en la feminidad más clásica de la semana de la Haute Couture.
La jugada de Bill Gayten es justamente mostrar lo que un nuevo diseñador es capaz de realizar en la Maison. Aún cuando el destino del mismo Gayten y de Dior sigue en el aire, una colección pura en su creación, clara en el mensaje, y serenísima en la perfección.
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